El equipo de Biodiversidad de la Gobernación de Santa Cruz concretó el tercer rescate y traslocación de un pequeño armadillo encontrado en la ciudad de Santa Cruz. El Calyptophractus retusus, conocido con el nombre común de “pichiciego”, es una especie restringida a los ecosistemas secos y arenosos de Sudamérica.
Se trata del más pequeño de los armadillos presentes en Bolivia y tiene un aspecto muy particular que lo hace muy fácil de distinguir de otros individuos de su especie. Puede medir hasta 17 cm, con una cabeza ancha cubierta por una especie de escudo cefálico. Su coloración general es pardo-amarillenta o dorado-amarillenta o rosada en los individuos jóvenes y los pelos que cubren las partes laterales y el vientre son gris-blanco. Tiene garras enormes en las patas delanteras y mucho más pequeñas en las traseras. Las orejas y los ojos son muy pequeños. Es considerado un insectívoro cavador, indicó Raul Rojas, coordinador del Programa de Biodiversidad.
Rojas detalló que el “pichiciego”, es una especie endémica de los ecosistemas secos, que habita donde hay suelos sueltos arenosos. Es muy rara, probablemente por su hábito subterráneo y sus bajas poblaciones. Desde el 2014 hasta hoy, es la tercera ocasión que el equipo de Biodiversidad de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente logró el rescate de este animalito y luego de una revisión que realizan en el Centro de Atención y Derivación de fauna silvestre, fue trasladado o traslocado a la zona del Parque Lomas de Arena, un área protegida que tiene ecosistemas con las características del habitad del armadillos.
En Bolivia es la única especie de armadillo que no es usada con fines de subsistencia, pero en la zona chaqueña existe la creencia de que el encuentro con este animal es augurio de muerte en la familia y por ello es matado para protegerse de la maldición. Esta persecución, sumada a su rareza y distribución restricta, se constituye en una amenaza para la sobrevivencia de esta especie.