Por Yvette Sierra Praeli / Mongabay Latam
- El 70% de la población de tres comunidades nativas estaría afectado por el coronavirus según el personal de salud que recorrió estas localidades.
- La Organización Regional Aidesep Ucayali asegura que por lo menos 50 personas han fallecido en las comunidades de la región amazónica de Loreto.
El domingo 24 de mayo, el obstetra Omar Montes salió a recorrer tres comunidades del pueblo indígena tikuna ubicadas en la Amazonía peruana, en la zona conocida como la triple frontera que comparten Perú, Colombia y Brasil.
Su viaje que duró toda la mañana del domingo lo llevó por Erene, Buen Paraíso de Erene y Buen Jardín de Callarú para realizar pruebas rápidas con el fin de confirmar sus sospechas de que el COVID-19 también ha llegado a estas poblaciones.
Montes, que trabaja en la triple frontera, en el centro de salud de la comunidad nativa de Bellavista de Callarú, narra que ese día llevó consigo diez pruebas rápidas para el descarte en las tres comunidades que juntas tienen una población que bordea las 1400 personas. “Todas las pruebas resultaron positivas”, dice Montes con angustia.
A esa cantidad reducida de pruebas se suma la preocupación de haber constatado que gran parte de las personas que viven en estas tres comunidades indígenas presentaba síntomas de la enfermedad. “Por lo menos el 70% de la población tiene síntomas de tener COVID-19”, agrega. Según este cálculo, por lo menos 980 personas estarían afectadas con el coronavirus.
Una epidemia que se extiende en la Amazonía
“He regresado muy triste de ver a tanta gente mal y no poder dar alternativas de solución para esas personas. Apenas si pude llevar algunas medicinas para una de las comunidades, porque ya no nos queda nada”, confiesa por la noche durante una conversación telefónica con Mongabay Latam.
El obstetra explica que en Erene hay una población de 800 personas y de las cinco pruebas realizadas todas resultaron positivas. En Buen Paraíso de Erene, que cuenta con alrededor de 300 personas, solo pudo hacer tres pruebas, todas positivas; mientras que en Buen Jardín de Callarú, también con 300 indígenas tikuna, las dos pruebas realizadas resultaron positivas para COVID-19.
Una última prueba la aplicó en Bellavista de Callarú, a un paciente de unos 40 años que presentaba todos los síntomas. También dio positivo. Siete personas fallecieron en esta comunidad entre el 30 de abril y el 7 de mayo como reportó Mongabay Latam en un artículo publicado el 11 de mayo.
En ese momento, solo se logró aplicar dos pruebas de descarte y ambas resultaron positivas, pero todos los fallecidos presentaron los mismos síntomas. Los contagios en Bellavista de Callarú se produjeron luego de que algunos pobladores viajaran hasta Santa Rosa de Yavarí –ciudad fronteriza de Perú que limita con Leticia en Colombia y Tabatinga en Brasil– para recoger beneficios que entrega el Estado como Pensión 65, Juntos y el bono por la emergencia.
Aún falta visitar las comunidades nativas de Yauma 1 y Yama 2 que también pertenecen a su jurisdicción. Por ahora, Montes se prepara para posibles fallecimientos que podrían ocurrir en las tres comunidades que ha visitado. “He visto pacientes graves y en casi todas las viviendas había personas con los síntomas”.
“Lamentablemente el coronavirus se está expandiendo con rapidez en la Amazonía. Es alarmante el incremento significativo de los contagios y las muertes por la COVID-19, especialmente en los pueblos aledaños al río Amazonas”, dice Alicia Abanto, adjunta de la Defensoría del Pueblo para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas.
Sobre la situación en la triple frontera, Abanto manifiesta que las comunidades de esta parte de Perú enfrentan la precariedad de los establecimientos de salud, la falta de una conexión aérea para la provisión de servicios públicos y la pérdida de personal médico que enferma gravemente.
“Los gobiernos de Perú, Colombia y Brasil deben unir esfuerzos para atender a la población de las zonas fronterizas”, agrega la funcionaria y advierte que la Defensoría del Pueblo solicitará un informe al Ministerio de Relaciones Exteriores para que detalle las medidas adoptadas ante el aumento de personas afectadas por la pandemia en la triple frontera.
Según la Institución Prestadora Servicios de Salud (IPRESS) de Santa Rosa, ciudad fronteriza de Perú, en esa localidad hay 33 casos confirmados de COVID-19 y 11 fallecidos. Siete de los decesos corresponden a los reportados en Bellavista de Callarú y 4 en Santa Rosa.
La ciudad de Leticia, en la frontera de Colombia, enfrenta una situación más complicada con 1394 casos confirmados de COVID-19 y un sistema de salud colapsado. En Tabatinga, la ciudad fronteriza de Brasil, los casos positivos suman 632, según el Gabinete de Gestión Integrado de Frontera.
Comunidades reclaman atención
Jorge Pérez, presidente de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO), asegura que según los reportes que han recibido de los líderes indígenas, más de 50 personas han fallecido en las comunidades nativas de Loreto. Aunque no en todos los casos se ha logrado confirmar que se trataba de COVID-19, los síntomas que presentaban los fallecidos correspondían a esta enfermedad.
“En el Trapecio Amazónico [triple frontera] existe un intercambio intenso de personas y de comercio que ha facilitado un contagio muy rápido entre la población”, dice el presidente de ORPIO.
Pérez asegura en la región Loreto los contagios se están extendiendo hacia las comunidades nativas y las zonas de frontera. “Muchas personas empujadas por el hambre han regresado a sus comunidades llevando el virus”, comenta sobre la migración que se ha presentado en Perú durante los meses de abril y mayo cuando más de 160 mil personas realizaron viajes incluso a pie para retornar a sus lugares de origen.
El líder indígena menciona que los contagios no solo se presentan en esta parte de la frontera, sino también en otras cuencas de la región. “Además del Putumayo, el coronavirus se ha extendido a las comunidades de los ríos Corrientes, Tigre, Pastaza, Morona, Marañón y el Pacaya Samiria”.
A fines del mes de abril, 20 comunidades nativas del río Corrientes estuvieron expuestas al contagio del COVID-19 cuando una comitiva de la Municipalidad Distrital de Trompeteros, en la que participó el alcalde Lorenzo Chimboras, recorrió esta cuenca para entregar las canastas con víveres que ofreció el gobierno.
Durante la visita a la comunidad de Pucacuro, personal del centro de salud se percató que algunos de los integrantes de la embarcación presentaban síntomas de COVID-19. Luego de ser trasladados a la ciudad de Nauta, 16 de los 21 integrantes de la comitiva resultaron positivos a la enfermedad.
Jacson Shuña, director encargado de la Red de Salud de Nauta, contó a Mongabay Latam que luego de presentarse todos estos casos visitaron la ciudad de Trompeteros para realizar pruebas de descarte a la población, pues fue desde este lugar que partió la embarcación con los víveres. “De las 100 pruebas practicadas, casi la mitad resultó positiva. Además, en Trompeteros ya han fallecido tres personas a causa de este mal. Lamentablemente, el virus ha llegado por los ríos con aquellas personas viajaban pese a la cuarentena”.
Shuña también indicó que los reportes de indígenas contagiados están llegando desde lugares como Tutto, en la cuenca del río Marañón y Santa Rita de Castilla en el río Tigre. “Hemos enviado medicamentos y test rápidos, pero necesitamos que lleguen equipos desde Iquitos para realizar intervenciones en las cuencas de la provincia de Loreto. Si las autoridades hubieran actuado a tiempo no tendríamos estos problemas ahora”.
Shuña dijo que estos equipos también deben recorrer las 40 comunidades del río Corrientes y en especial las 20 comunidades a las que llegó el alcalde de Trompeteros llevando los alimentos.
El presidente de la Comunidad indígena de Pucacuro, Emerson Mucushua, asegura que 600 personas, de sus 800 habitantes, presentan algún síntoma de la enfermedad. Recuerda, además, que un equipo de salud de Nauta llegó hasta la comunidad luego de que se comprobaran los casos positivos entre las personas de la comitiva de la Municipalidad de Trompeteros.
En esa ocasión, de las diez pruebas realizadas, una resultó positiva. “Hemos solicitado medicinas, pero hasta ahora no han llegado. Estamos usando nuestras medicinas tradicionales”.
Mucushua dice que de comunidades cercanas como Peruanito, Nueva Vida, San Ramón y Dos de Mayo llegan hasta el puesto de salud de Pucacuro en busca de ayuda, pero no encuentran medicamentos.
Mongabay Latam consultó al Ministerio de Cultura sobre la situación que enfrentan las comunidades indígenas en Loreto, principalmente en la frontera, así como por la demora en implementar protocolos y acciones para atender los pueblos originarios y evitar el avance de la pandemia, pero voceros del sector indicaron que no se pronunciarán sobre estos temas.
También se buscó respuestas en el Ministerio de Salud a través de Gerardo Seminario, asesor del Despacho ministerial, pero nuestras consultas no fueron atendidas.
*Imagen principal: recorrido por las comunidades tikuna. Foto: Omar Montes.
Fuente: Mongabay Latam