- Panel Científico por la Amazonia presentó su primer estudio.
- El trabajo impulsa una moratoria inmediata de deforestación y degradación forestal.
- El panel está formado por más de 240 científicos de la región.
Por Claudia Mazzeo
“Aún es un desafío alcanzable, pero nos encontramos en un momento crucial para detener, en menos de una década, la deforestación y la degradación de la Amazonía”, afirma una declaración dirigida a los líderes reunidos en la reciente Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles (EEUU) que ofrece soluciones para ese fin.
La declaración se basa en el primer estudio realizado por el Panel Científico por la Amazonía, una red creada en 2020 que reúne a más de 240 investigadores de los ocho países amazónicos, la Guyana francesa y organizaciones globales.
Entre las soluciones sugeridas se destacan, por ejemplo, desarrollar políticas innovadoras de bioeconomía, impulsar la creación de hubs y centros de excelencia en tecnología en la Amazonía, y fortalecer la diplomacia ambiental para promover una mejor gestión de los recursos y fortalecer los derechos humanos y territoriales.
“La creación de una bioeconomía innovadora para la Amazonía es clave para fortalecer la economía global y aumentar la competitividad y resiliencia frente a las crisis actuales y futuras, ya que está fuertemente basada en la inmensa biodiversidad de la región, la valorización de los conocimientos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, combinados con soluciones tecnológicas basadas en la ciencia y la innovación”.
Carlos Nobre, copresidente del Panel Científico por la Amazonía
Con estas y otras recomendaciones, el Panel se dirigió a los líderes de la Cumbre para que, con urgencia y ambición, promuevan acciones de conservación en esa cuenca, para no llevar a la Amazonía más allá de un punto de inflexión del cual la recuperación podría resultar imposible.
En esa línea, el estudio recuerda la importancia de esta zona al indicar que en solo dos hectáreas de la Amazonía hay más variedades de árboles que en toda América del Norte; que en solo uno de sus árboles puede haber tantas especies de hormigas como en todo el Reino Unido y que en su cuenca hay más de 2.300 especies de peces, más que en todo el Océano Atlántico.
Detalla también que cerca de una sexta parte del agua fresca del planeta fluye por sus ríos y arroyos y sus bosques amortiguan el cambio climático, y que almacena cerca de 130 mil millones de toneladas de carbono (casi el valor de una década de emisiones globales de dióxido de carbono).
Sobre esa base, el sumario ejecutivo resume una veintena de mensajes sobre el estado actual del bioma y las alternativas que gobiernos, empresas y sociedad civil pueden ejecutar para contribuir a modificar el rumbo actual y salvar el planeta, pues “lo que sucede en la Amazonía afecta al mundo”.
“El informe ya está teniendo buenas repercusiones en los países amazónicos y también a nivel mundial. Sus mensajes clave —como la urgente necesidad de lograr ‘deforestación cero’, frenar la degradación y los incendios forestales en toda la cuenca amazónica, necesidad de restaurar grandes áreas de tierra deforestada y degradada, y cómo desarrollar un bosque sano y una bioeconomía fluvial— se comunicaron a los candidatos presidenciales de Colombia y Brasil y fueron muy bien recibidos”, dice a SciDev.Net el climatólogo brasileño Carlos Nobre, copresidente del Panel Científico por la Amazonía.
Sobre las soluciones propuestas, “la creación de una bioeconomía innovadora para la Amazonía es clave para fortalecer la economía global y aumentar la competitividad y resiliencia frente a las crisis actuales y futuras, ya que está fuertemente basada en la inmensa biodiversidad de la región, la valorización de los conocimientos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, combinados con soluciones tecnológicas basadas en la ciencia y la innovación”, señala Nobre.
Para Matthew Finer, investigador de Conservación Amazónica en Washington, es “importante seguir socializando los resultados en porciones manejables para que las audiencias, incluidos los gobiernos, puedan absorber”, dice a SciDev. Net.
El Panel Científico por la Amazonía tiene previsto llegar a los participantes de la COP27, conferencia mundial sobre cambio climático que se realizará en noviembre próximo en Sharm El-Sheikh, Egipto.
Finer, que recientemente identificó en un trabajo los “hotspots” de pérdida del bosque amazónico por deforestación e incendios en 2021, ubica las zonas más afectadas en Brasil (a lo largo de las principales carreteras, en especial en los estados de Acre, Amazonas, Pará y Rondônia), Bolivia (departamento de Santa Cruz), Perú (regiones de Ucayali y Madre de Dios) y Colombia (departamentos de Caquetá, Meta y Guaviare).
El estudio indica que permitir el desarrollo de una bioeconomía sostenible y dinámica en la Amazonía requiere detener las actividades ilegales y los delitos ambientales, fortalecer el valor de las cadenas de productos biodiversos mediante la fusión de conocimientos científicos y tradicionales, y reducir la asimetría de información en la población.
Señala, asimismo, la necesidad de establecer alianzas y mantener compromisos entre países amazónicos y no amazónicos para implementar políticas ambientales destinadas a evitar, mitigar y compensar impactos de infraestructura y proyectos extractivos sobre personas, bienes y servicios ambientales en la cuenca del Amazonas.
Para María Alejandra Ahmad, que no participó en el Panel, “la Amazonía, al ser la región de mayor biodiversidad del mundo y al desempeñar un papel crucial en el ciclo climático global, debería constituirse una prioridad central para todos los líderes del mundo”.
“En esa dirección, tal como señala el informe, los pueblos originarios asentados en esos territorios son la piedra angular de su conservación. Es necesaria su participación a través de la herramienta de la consulta previa establecida en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, para lograr la meta de la recuperación de un ambiente sano para 2050”, dice a SciDev. Net Ahmad, especialista en Políticas Públicas y docente en Derechos Humanos de la Universidad de Buenos Aires.
“Una aspiración del Panel Científico por la Amazonía es lograr una inversión significativa tanto en la conservación de la Amazonía como en ciencia, tecnología e innovación. También deseamos motivar a los jóvenes de la región a que sigan carreras científicas porque hay mucho que descubrir e innovar para avanzar en el desarrollo sustentable de la Amazonía”, dice a SciDev.Net Emma Torres, coordinadora estratégica del Panel.
Imagen principal: El Panel Científico por la Amazonía, una red creada en 2020 que reúne a más de 240 investigadores, se dirigió a los líderes de la Cumbre de las Américas para que, con urgencia y ambición, promuevan acciones de conservación en esa cuenca. Crédito de la imagen: Neil Palmer, CIAT/Flickr, bajo licencia Creative Commons (CC BY-SA 2.0)
Fuente: SciDev.net