Por Rodrigo de Oliveira Andrade / SciDev.Net
[SÃO PAULO] La obligación de registrar en el Sistema Nacional de Manejo de Recursos Genéticos y Conocimiento Tradicional Asociado (SisGen) las actividades de investigación sobre la biodiversidad brasileña que realicen científicos del país y del extranjero afectaría severamente la investigación científica en Brasil, advierten especialistas.
El plazo para que los investigadores cumplan con esta norma, que pretende prevenir la biopiratería, vence el 5 de noviembre de este año, y su incumplimiento, incluyendo la diseminación no registrada de los resultados científicos —aun si se basan en informaciones disponibles en bancos de datos públicos o en resultados publicados previamente— podría dar lugar a fuertes multas.
“[Se] diezmará la investigación científica al requerir que los científicos desvíen una cantidad desmesurada de recursos de investigación al arduo proceso de registrar cada espécimen, secuencia de ADN, fotografía y cualquier otra observación de la biodiversidad brasileña antes de la publicación, presentación en reuniones científicas o difusión en los medios de comunicación”, afirmó un grupo de 16 de científicos brasileros en una carta publicada a inicios de junio en Science.
Según los firmantes, las nuevas reglas podrían llevar al colapso las investigaciones sobre la biodiversidad nacional, especialmente en áreas como la taxonomía y la biología sistemática.
Esas disciplinas científicas son fundamentales para el conocimiento y conservación de la biodiversidad porque incluyen la descripción, identificación, mapeo, clasificación y estudio de las interrelaciones evolutivas de los seres vivos en diferentes ecosistemas.
“Esa ley podría complicar enormemente los estudios científicos llevados a cabo en Brasil, disuadir a los investigadores extranjeros de querer trabajar allí, e impedir de manera importante el progreso de las investigaciones ambientales de cualquier tipo”. (William Laurance, Universidad de Cook, Australia)
“Para hacerlo, estos estudios necesitan muestrear un gran número de especies, distribuidas generalmente en varios países o continentes, por lo que se requiere enviar y recibir rutinariamente materiales entre instituciones de todo el mundo”, explica Flávio Bockmann, biólogo del Departamento de Biología de la Universidad de São Paulo, uno de los autores de la carta.
Bockmann es investigador principal de un amplio proyecto sobre la composición taxonómica de la ictiofauna de Brasil, apoyado por la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP), así que sus trabajos pueden verse comprometidos por la nueva legislación.
“No veo ningún elemento positivo en esta ley”, afirma William Laurance, biólogo que vivió cinco años en Brasil trabajando en el Proyecto de Dinámica Biológica de Fragmentos Forestales del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía. Actualmente trabaja en la Universidad James Cook, Australia.
“Esa ley podría complicar enormemente los estudios científicos llevados a cabo en Brasil, disuadir a los investigadores extranjeros de querer trabajar allí, e impedir de manera importante el progreso de las investigaciones ambientales de cualquier tipo”, comenta a SciDev.Net.
En un manifiesto enviado (23 de febrero) a la Sociedad Brasileña para el Avance de la Ciencia(SBPC), firmado por más de 1.200 investigadores y diversas sociedades científicas se señala que muchas instituciones internacionales están dejando de atender las solicitudes de investigadores de Brasil, pues ya no creen en la capacidad del país de producir investigaciones de punta en taxonomía y biología sistemática, o de asegurar el traslado y devolución de los materiales biológicos cedidos para análisis.
Para Mercedes Bustamante, bióloga del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Brasilia, la participación de la comunidad científica en el proceso de implementación del marco legal es fundamental para que éste pueda alcanzar sus objetivos sin comprometer la investigación, que es esencial para desarrollar una economía basada en la biodiversidad, y contribuir de esta manera a su conservación.
“Un punto crítico es cómo armonizar el marco legal —que tiende a asimilarse y perfeccionarse lentamente— con los avances de la ciencia, que debe abordar rápidamente problemas no previstos previamente”, indica Bustamante, que representa a la SBPC en el Consejo de Gestión del Patrimonio Genético (CGen), órgano del Ministerio del Medio Ambiente responsable del manejo del SisGen.
Explica que basándose en los problemas planteados por la comunidad científica, el CGen está elaborando resoluciones que preserven las actividades de colaboración entre instituciones extranjeras y brasileñas asociadas al préstamo de materiales procedentes de colecciones científicas.
Una de las resoluciones más importantes es la que establece un registro simplificado para la investigación taxonómica y de biología sistemática, lo que permitiría el uso de informaciones ya registradas en otros sistemas sobre la misma investigación. Sin embargo, esas resoluciones deberán ser aprobadas, en última instancia por el gobierno brasileño.
> Enlace a la carta en Science
Fuente: SciDev.Net
Foto de portada: Agencia Brasilia