Por RAI
El lunes 9 de agosto, en la Red Ambiental de Información (RAI) estrenamos el documental “Chiquitano, el bosque que quiere seguir de pie”, una producción audiovisual de la RAI que aborda las amenazas que afectan actualmente a la Chiquitania, a causa de los avasallamientos, el tráfico de tierras, la deforestación y los incendios forestales.
El documental ha sido publicado en la página de Facebook de la RAI y actualmente suma cerca de 113.000 reproducciones. También, ha sido difundido por otras plataformas, como Cruzada Verde Bolivia en donde ya lleva más de 93.000 reproducciones, Ríos de Pie, Alas Chiquitanas, además de medios de prensa nacionales como Los Tiempos, Eju.tv, entre otros. Esto ha permitido que tenga un mayor alcance y se abra el espacio al debate entre los internautas.
El director de la producción, el periodista ambiental y editor general de la RAI, Eduardo Franco Berton, señaló que el objetivo del proyecto fue abordar la crítica situación por la que atraviesa el Bosque Seco Chiquitano desde el formato del documental. Además de resaltar, la acelerada deforestación que viene sufriendo el municipio de San Ignacio de Velasco. Ya que, durante el año 2020, se desmontaron 47.197 hectáreas de bosques en este municipio velasquino. En donde cerca de la mitad, se trató de desmontes ilegales.
En una entrevista el martes 10 de agosto, en el programa de la periodista Maggy Talavera, Franco indicó que, a causa de los avasallamientos y la deforestación, ‘’los indígenas chiquitanos sienten que están siendo despojados de sus valores culturales, de sus creencias, que están vinculadas a ese territorio (Chiquitania), en donde han vivido ancestralmente.’’
La producción aborda también el modus operandi de los traficantes de tierra en la la Chiquitania, y en zonas como el Bajo Paraguá, el área protegida municipal de San Ignacio de Velasco de 983.006 hectáreas. Uno de los entrevistados, cuya identidad fue resguardada por razones de seguridad, indica que los traficantes realizan falsificación de documentos para dotarse de tierras, y luego, expulsan a las familias asentadas y reclutan a otras personas, para venderles tierras a 20.000 y 30.000 bolivianos.
‘’Es difícil que alguien se anime de frente a denunciarlos, es un poco complejo porque por seguridad nadie se anima, y de esa forma las personas inescrupulosas están manejando cantidades de hectáreas en esta región…’’, comenta el entrevistado.
Algunas de las reacciones
”Les dejamos este increíble material y felicitamos a RAI por tan excelente trabajo”, escribió Ríos de Pie en su cuenta de Facebook.
Por su parte, el escritor, abogado y político, Walter Arrázola Mendívil dijo en sus redes, ”se me parte el corazón, he llorado con este documental sobre la chiquitania”.
La periodista Maggy Talavera, mencionó en su programa: ”debo decirle a Eduardo antes de comenzar a conversar, que me quedé con el corazón sobrecogido y le dije a mis amigos que tenía esa sensación de estar con el corazón en los talones, por el sentimiento que provoca escuchar las voces de este documental”.
El economista Carlos Rodrigo Zapata realizó la siguiente reflexión: ”Duele el bosque Chiquitano, duele la indiferencia hacia los bienes y joyas que nos ha deparado la naturaleza. No se respetan los marcos legales mínimos que pueden evitar su depredación (como el PLUS, la FES, las sanciones por desmontes, etc.) y, por el contrario, se alistan nuevas formas de vencer y someter a la naturaleza con un grado de desprecio por su obra, sus servicios, su infinidad de bienes, que raya en la locura.
Lamento en el alma que la cultura de protección, prevención y respeto a la Madre Naturaleza no haya arraigado en el pueblo boliviano. Nos hemos acostumbrado a vivir de los frutos de la naturaleza, pero sin hacer los esfuerzos por ayudar a reponerlos. Eso es lo que llamamos extractivismo, que no es otra cosa que depredación, degradación, destrucción, pérdida de valores y potenciales, preparar las condiciones para su devastación terminal.
¿Qué tiene que pasar en el país para que aprendamos lecciones elementales? ¿Qué tiene que suceder para hacernos dignos de las riquezas naturales que tenemos el privilegio de administrar a nombre y en favor de todos nosotros, de toda la humanidad y de nuestras infinitas generaciones venideras?
Gracias por este testimonio. Nos sacude, nos exige respuestas, nos muestra múltiples de nuestras debilidades, inconsecuencias y torpezas que no pueden ni deben continuar, so pena de ser los únicos responsables de tanta destrucción.”
Los bosques piden auxilio
En el 2020, Bolivia ocupó el 3° lugar a nivel mundial en deforestación. Superando por primera vez a Indonesia. Y a pesar de la pandemia, ese año se deforestaron 276.883 hectáreas de bosques en nuestro país.
El Bosque Seco Chiquitano es el bosque seco tropical más extenso del mundo, y una de las últimas regiones forestales secas de América del Sur. Y en Bolivia se extiende por 20 millones de hectáreas, el resto está en Paraguay y Brasil. Esta ecorregión, que se caracterizada por su ecología, historia y cultura, es también hogar de los pueblos indígenas Chiquitano, Guarayo y Ayoreo.
“No podemos simplemente dedicarnos y hacer lo que nos da entre comillas la gana, sea en el monte, sea en la pampa, sea en el cerrado”, manifiesta Octavio Colombara, Lic. en Filosofía y Letras, y productor agropecuario de San Ignacio de Velasco, que da apertura al contenido del documental.
Otra de las entrevistadas es Lorenza Poicheé, indígena chiquitana de la comunidad de San Rafaelito de Sutuniquiña, del municipio de San Ignacio de Velasco, quien hace notar su preocupación por la desaparición del bosque. “En unos 20 o 30 años capaz que ni siquiera la lluvia nos va a llegar, todo por querer venir y destruir todo un ecosistema; destruir no solamente nuestras tierras, sino también nuestra cultura”.
Finalmente, Franco expresó que el audiovisual busca también abrir el debate a la problemática de la deforestación en la Chiquitania y en Bolivia. La cual avanza rápidamente y ha colocado al país en los primeros lugares en el mundo en mayor pérdida de bosques.
‘’Los bosques nos están diciendo a gritos que este modelo no es sostenible, los datos científicos lo demuestran, y los incendios forestales nos lo recuerdan, año tras año’’, expresó el periodista.
Puedes ver el documental aquí