Por Yvette Sierra Praeli / Mongabay Latam
- Un aplicativo creado por Conservación Amazónica permite ver en tiempo real dónde están ocurriendo los incendios forestales.
- Hasta el momento se han perdido más de cuatro millones de hectáreas en todo el país. Santa Cruz ha sido la región más afectada con tres millones de hectáreas arrasadas por el fuego.
El panorama es desolador en los territorios arrasados por los incendios forestales en Bolivia. Hasta el momento se calcula que cuatro millones de hectáreas han sido devastadas en todo el país, cifra que podría seguir en aumento debido a que aún se presentan zonas de fuego que no terminan de ser controladas.
Mientras los bomberos que aún permanecen en el campo intentan acabar con las llamas, científicos y expertos buscan cuantificar el desastre en los ecosistemas, así como la afectación de quienes viven en lugares cercanos a los incendios.
Desde el aire también se busca obtener información en tiempo real sobre los fuegos activos en el territorio boliviano con el fin de ayudar en el manejo de los incendios en todo el país.
Monitoreo a través de un aplicativo
La tecnología intenta cuantificar el daño y analizar el impacto. Amazon Fires Bolivia, un aplicativo desarrollado por Conservación Amazónica (ACCA), mide ahora mismo en tiempo real, con la ayuda de imágenes satelitales, los incendios forestales en la Amazonía boliviana.
Esta herramienta está siendo utilizada por los especialistas de ACCA para comparar datos de cinco satélites diferentes (Terra, Aqua, Suomi, Sentinel-2 y Sentinel-1 radar) y determinar la ubicación de los fuegos y, sobre todo, diferenciarlos de las alertas de focos de calor.
“Por primera vez estamos viendo directamente los fuegos en tiempo real. Los otros sistemas de alerta ofrecen información de los focos de calor, basado en diferencias de temperatura, pero Amazon Fires Bolivia detecta directamente un fuego a través de sus emisiones”, explica Matt Finer, investigador del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), una iniciativa de Conservación Amazónica.
Finer señala que ahora mismo pueden detectar con mucha precisión la ubicación de los fuegos activos, pues el aplicativo muestra los contaminantes que emiten los incendios y la información puede ser obtenida aún con presencia de nubes.
“Creemos que nuestra audiencia principal son las autoridades y los bomberos en Bolivia, quienes con este aplicativo podrán encontrar fácilmente fuegos activos”, agrega Finer.
En la plataforma de Amazon Fires Bolivia se pueden observar los lugares donde se están produciendo los incendios y elegir el tipo de satélite del que se quiere obtener las imágenes y la información. Los datos del aerosol de Sentinel-5P , por ejemplo, permiten ver los fuegos en tiempo real.
El creador del aplicativo Lucio Villa, especialista en Teledetección de ACCA, cuenta que mientras participaba en un workshop en Hutsville, Estados Unidos, sobre monitoreo en el cambio de uso de suelo se iniciaron los incendios forestales en la Amazonía. Entonces, al saber que existían dificultades para detectar la ubicación de los fuegos activos en la Amazonía decidió desarrollar esta herramienta.
Por ejemplo —dice Villa— las alertas de FIRMS, utilizadas con frecuencia por las instituciones estatales, ofrecen cientos de puntos de ‘anomalías térmicas’, que no siempre significa la existencia de un fuego activo, donde finalmente se centra la labor de los bomberos.
Villa buscó entonces integrar diferentes fuentes de información satelital de tal forma que se puedan identificar los incendios aún activos. “Trabajar con diferentes satélites permite observar un mismo fenómeno de varias formas, lo cual aumenta la precisión a la hora de detectarlos”.
El especialista explica que desarrolló el proyecto con Google Earth Engine (GEE) porque además que acceder a los procesadores de Google de forma gratuita está orientado exclusivamente al procesamiento de información geoespacial. En el aplicativo, las imágenes de GEE se añaden automáticamente con una variación de uno o dos días, pero durante las temporadas críticas, el equipo de MAAP incluirá cada día las imágenes de forma manual.
Las cifras de la devastación
El panorama que presenta el último reporte elaborado por los expertos de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) es trágico. Hasta el 15 de setiembre, según el equipo de FAN, el fuego consumió 4 129 390 hectáreas en todo el país que corresponden a los departamentos de Santa Cruz, Beni, La Paz, Cochabamba, Pando, Tarija, Chuquisaca, Oruro.
“El fuego sigue avanzando y no hay visos de que se detenga. Si vemos como se apaga incendios de esta magnitud en países como Canadá, Rusia, Estados Unidos o Australia nos damos cuenta que aquí no se está haciendo lo que se debe para frenar esta destrucción”, señala Pablo Villegas, responsable de investigación del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB).
Villegas comenta que la cantidad de aviones utilizados en la atención de los incendios es insuficiente y recuerda que, en mayo de este año, se utilizaron 200 helicópteros para apagar el incendio forestal en Alberta, Canadá. “La cantidad de flora y fauna que se está perdiendo es terrible. Hay noticias de niños y adultos afectados por la nube de humo contaminante que cubre varias zonas de Bolivia”, asegura el experto de CEDIB.
El reporte de FAN señala que en Santa Cruz, la región más devastada por el fuego, se han perdido 3 077 370 hectáreas, que representa el 74 % del total de áreas afectadas en todo el país.
El reporte también incluye un análisis de la cantidad de bosques perdidos en las áreas naturales protegidas que hasta ahora suman 1 358 327 hectáreas. A ello se suman 1 011 564 hectáreas devastadas en sitios Ramsar y 239 083 dentro de territorios indígenas.
Entre las zonas reservadas más afectadas están el Área Natural de Manejo Integrado San Matías, el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis y el Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu, esta última creada en mayo de este año sobre un territorio de un millón de hectáreas de bosques muy bien conservados en lo que habitan especies como el jaguar, el puma y el mono nocturno, entre otros 100 mamíferos y 300 aves. Además, se trata de un territorio que alberga al pueblo indígena Ayoreo que permanece en aislamiento voluntario.
“Solo en Ñembi Guasu se han perdido 300 000 hectáreas. Gran parte de este territorio corresponde al matorral chiquitano llamado Abayoy, que se encontraba en muy buen estado de conservación”, lamenta Iván Arnold, director de Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa).
Para Arnold, Ñembi Guasu se ha convertido en un “gran crematorio de la vida silvestre”, por la gran cantidad de animales calcinados que ha observado durante sus recorridos por la zona reservada que impulsó a crear. “He visto osos hormigueros, chanchos de monte y muchos otros animales quemados. Creo que el 70 % de la fauna ha sido afectada y los que han sobrevivido se han quedado sin alimento”.
“Se ha afectado ecosistemas únicos. El bosque seco chiquitano no existe en otra parte del mundo, y por su alto endemismo aquellas especies que hasta ahora no habían sido registradas por la ciencia han desaparecido para siempre”, dice el líder indígena Alex Villca.
A Villca le preocupa también los problemas que se presentarán en el futuro como resultado de estas quemas, principalmente para los pueblos indígenas que viven en los lugares afectados por el fuego. “Las cenizas y restos de los incendios llegarán a los ríos y contaminarán nuestros recursos hídricos, en consecuencia, morirán muchos peces y otros animales. Los daños no se pueden calcular”.
El destino del pueblo indígena Ayoreo, en aislamiento voluntario, es una incógnita para los expertos. Villca señala que muchos de ellos pueden haber perdido la vida durante los incendios. “En ese caso se trataría de un delito de lesa humanidad”, comenta
Los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) —agrega Villca— necesitan de grandes extensiones de bosque para sobrevivir. “Las áreas protegidas calcinadas no deben estar sometidas a más perturbación humana. Por el contrario, se debe dejar que se inicie el proceso de regeneración natural”.
Una situación crítica que enfrenta Bolivia, con incendios que aún no se extinguen por completo. “No hay voluntad del gobierno de Evo Morales en declarar desastre nacional. Estamos decepcionados e indignados por lo que está ocurriendo, pues se está agrediendo a la Madre Tierra”, puntualiza Villca.
Fuente: Mongabay Latam