Un veterinario de la Subgobernación de San Lorenzo y un comunario, serían los denunciados, según consta en el cuaderno de investigación. El hecho tuvo lugar en octubre de 2021, pero a la fecha la investigación no avanza y el caso continúa sin sentencia.
Por Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena / Verdad con Tinta
Fue un mensaje anónimo el que alertó de la muerte del oso, presuntamente a manos de un comunario de San Lorencito, en la provincia Méndez del departamento de Tarija.
“Han matado a un oso”, aseveraba el texto reflejado en la pantalla de la bióloga y especialista en conservación de osos andinos Ximena Velez Liendo, quien monitoreaba al animal en la zona con el Programa para la Conservación de Carnívoros Grandes Andinos, del cual se encuentra a la cabeza.
Parece un relato de ficción, pero si hay algo que tiene la vida real, es la capacidad de superar con creces lo que la mente puede imaginar.
“Comunicamos al municipio, a la Gobernación y nos fuimos ese mismo día al lugar”, explica Velez Liendo en orden cronológico.
Al llegar al lugar el comunario señalado no se encontraba en su casa. Sin embargo, las primeras versiones de la familia aseguraban que el animal se habría desbarrancado. Para Velez Liendo aquello no era verosímil, por las habilidades que posee el oso.
Según relata la bióloga, la familia se comunicaría un par de días después para explicar lo que habría sucedido con el emblemático oso andino (Tremarctos ornatus), también conocido como jucumari u oso de anteojos.
“Lo que habría pasado, es que un veterinario que trabaja para la Subgobernación de San Lorenzo habría ido a pedir el cuero de un oso ‘si encontraban por ahí’”, relata Ximena sobre la conversación con el comunario.
Ante esta situación, Ximena, junto con el abogado Rodrigo Ernesto Herrera, quien trabajó en el pasado en casos relacionados al tráfico de partes de animales, presentaron la denuncia ante la Fiscalía de San Lorenzo aproximadamente dos semanas después.
Según la carátula del caso, se constituyen como denunciantes Rodrigo Ernesto Herrera y María Ximena Velez Liendo, contra Pedro H. y Andrés J. V.; el comunario y el veterinario de la Subgobernación respectivamente, por el delito de biocidio. Este delito contempla entre dos y cinco años de cárcel según el Código Penal.
Biocidio es todo acto que entrañe la muerte de un animal, es decir, un crimen contra la vida.
“Lamentablemente en el ordenamiento jurídico nacional no existe el delito de tráfico ilegal de fauna silvestre, no existe esa tipificación”, lamenta el denunciante Rodrigo Herrera, quien asegura que este caso podría ser tipificado de aquella manera.
Jueza rechazó solicitudes de allanamientos
El proceso que llegó al despacho de la jueza María Teresa Jesús Torres, en San Lorenzo, se encuentra estancado. La jueza rechazó el pedido de allanamiento de los domicilios de los dos denunciados en este caso. El argumento es que existieron fallas en el requerimiento.
Para el denunciante Rodrigo Ernesto Herrera, ante la demora en el allanamiento y a más de cinco meses de los hechos, es “prácticamente imposible” encontrar la piel del oso en el domicilio, sin embargo, confía en que existen otras formas para probar el presunto delito.
Singularmente, la jueza de este caso, fue denunciada en San Lorenzo en diferentes ocasiones, incluso el Consejo de la Magistratura intervino en diciembre de 2020 dicho juzgado, tras conocer de que liberó a dos hombres que fueron sorprendidos por la policía cuando abusaban sexualmente a una mujer y robaban sus pertenencias, según reflejan las notas de prensa de esa fecha.
Estado del proceso investigativo
El caso es investigado por la Fiscalía a cargo de la dependencia en la zona de Lourdes, la cual está haciendo una serie de requerimientos, tomando en cuenta el rechazo de la solicitud de allanamiento de los domicilios de los presuntos involucrados, según pudo constatar Verdad con Tinta en este lugar.
Al visitar las dependencias de la Fiscalía, se pudo conocer que serán realizadas nuevas inspecciones y otras solicitudes que están siendo enviadas a la jueza a cargo.
Por su parte, la carpeta del caso se presenta un documento otorgado por la Policía Boliviana, en el que se certifica que ninguno de los denunciados cuenta con la autorización para la tenencia y porte o portación de armas.
El delito por el que es investigado este caso es biocidio, y por ahora las investigaciones apuntan especialmente contra un veterinario dependiente de la Subgobernación de San Lorenzo.
La importancia del oso macho
El oso asesinado era macho, lo cual, a nivel de conservación, es una pérdida significativa para la especie.
Los osos, al ser especies solitarias, tienen una estructura jerárquica en la cual la presencia del macho predomina en un territorio determinado.
El área de acción de un oso macho puede ser de entre 70 y 200 kilómetros cuadrados y a su vez, en ese territorio puede haber dos o tres hembras.
“Lo que estás formando ahí es toda una población de osos que se establecen en esa zona. En el caso de este oso, el área es mucho más grande, porque hacen movimientos estacionales”, explica la especialista Ximena Velez Liendo, quien agrega que si bien este animal tiene presencia en San Lorencito en la época seca, en la de lluvia se desplaza hacia la zona de Chuquisaca.
La importancia de este individuo para la conservación de la especie radica en que al ser el macho dominante, está manteniendo una población genéticamente saludable.
En la zona hay otros osos machos, posiblemente “hijos” del asesinado.
La desaparición abrupta del macho dominante causada por esta matanza, provoca que otros machos empiecen a pelear por dominar el territorio.
“Cuando se establezca un nuevo macho dominante, este irá a matar a las crías del anterior para que las hembras puedan entrar en celo, y que las crías a partir de ahora sean del nuevo”, explica Ximena.
En una población en recuperación, como la de San Lorencito, las muertes de las crías a causa de un nuevo macho dominante son “muchísimas”, según la bióloga.
“En esa zona hay gemelos, tenemos solitarios; son varios ositos que es probable que en estos meses mueran”, agrega.
Matanza de osos en Bolivia
Una anterior investigación de Verdad con Tinta identificó la matanza de al menos 36 osos en los últimos 14 años.
Un estudio realizado en el año 2010 por el organismo no gubernamental Protección del Medioambiente Tarija (Prometa), reveló que mataban un oso cada dos años por comunidad.
Teniendo en cuenta que el jucumari habita en al menos cinco comunidades del departamento de Tarija, entre 2010 y 2016 fueron asesinados 15 osos.
El caso más reciente de cacería en Tarija tuvo lugar el año 2019, en una comunidad en la que el programa liderado por Velez Liendo recién empezaba a trabajar.
En la mayoría de los casos se trataba de muertes por retaliación, es decir, por “venganza” ante ataques del oso a cultivos y ganado.
El caso registrado en octubre de 2021, por el contrario y según la denuncia, se trataría de un biocidio motivado por presento tráfico ilegal de su piel.
La cacería, sin importar el número de casos ni las motivaciones, afecta a la población de estos animales grandes, que son solitarios y naturalmente las densidades son bajas, pues se conoce que en el continente existen entre18.500 y 20.000 individuos de oso andino.
Foto de portada: Imagen del oso que mataron en San Lorencito. Cortesía: Programa para la Conservación de Carnívoros Andinos
Fuente: Verdad con Tinta